Viaje a Bergen (II)

• Primeras horas en Bergen y el puerto de Bryggen

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Llegué a Begen el viernes por la noche y bueno, eran las 7 de la tarde aunque parecían las 11 de la noche. Lo primero que hice fue buscar el hotel y después de unos primeros momentos de angustia en los que no lo encontraba, porque el mapa de internet señalaba una calle que no existía, al final lo encontré y me instalé en la habitación. El hotel estaba situado justo al lado del puerto de Bergen, en el mismo centro de la ciudad.

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Por la noche me fui a dar una vuelta, para tomar contacto con la ciudad. Lo primero que me llamó la atención fue ver todas las casas (unifamiliares, del tipo de las series americanas) desperdigadas por las laderas de las colinas que rodean Bergen. Como era de noche, las luces encendidas de las casas hacían un bonito y curioso paisaje. Bergen, por cierto, está rodeado por 7 colinas, lo mismo que Roma.

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Al poco de empezar a recorrer las calles, empecé a oir una música de tambores, os podéis imaginar cual sería mi sorpresa al escuchar tambores tocando como si fuera Semana Santa, en serio, la misma melodía jejeje yo pensaba que se me iba la cabeza, pero no. Resulta que eran unos tíos vestidos con un traje típico noruegeo y tocando el tambor haciendo como un paseíllo a los que entraban a una especie de restaurante.

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Después del susto de oir los tambores de Calanda en Bergen, me fui para la zona turística y me compré una salchicha en un restaurante muy mono. Como estaba muy cansado por el viaje (8 horas de autobús), me fui al hotel a dormir.

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Al día siguiente me desperté a las 9 de la mañana y lo primero que pensé es que se había estropeado la alarma del móvil. Afuera era de noche. El problema no era la alarma del móvil, el problema era que estaba cayendo una tromba de agua impresionante y las nubes no dejaban ver el sol. Pero como sólo disponía de un día para ver Bergen, me puse mi chubasquero y salí a ver la ciudad.

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Primero fui a la zona del puerto. Allí vi lo mejor de Bergen, las casas de madera antiguas del puerto de Bryggen. Declaradas patrimonio de la humanidad por la Unesco. Son unas casas antiguas, construídas por los alemanes de la liga Hanseática, muy bien conservadas, hechas en su totalidad de madera, que ahora tienen tiendas (joyerías, restaurantes, galerías de arte) en su interior. Son preciosas y por el interior son todavía mejores. Después fui a la torre Rosenkratz y la nave de Hakon, que son dos edificaciones del siglo XIII que fueron parte de la vivienda de los antiguos reyes noruegos cuando Bergen era la capital del reino. Luego, me volví al hotel, me cambié de ropa (afortunadamente me había traídos dos pares de pantalones) porque estaba calado hasta los huesos y volví a salir...

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(continuará)